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dissabte, 5 de setembre del 2009

ERRADICAR LA PROSTITUCION

Con firmeza. De esta forma han actuado las instituciones catalanas, Ajuntament de Barcelona y Generalitat de Catalunya, ante la increíble situación de prostitutas y clientes de éstas, durante todas las noches de verano en las calles del barrio del Raval.

Las imágenes mostradas por los medios de comunicación que nos mostraron la lúgrube estampa del sexo en público, al aire libre y al alcance de cualquiera, fue el punto culminante.

La actuación de los cuerpos de policia reprimiendo cualquier atisbo de prostitución callejera da cierto alivio a la tranquilidad y pacificación de ls calles del distrito barcelonés de Ciutat Vella. La firmeza en esta ocasión era sinónimo de actuación policial, en vista del descaro con el que los que viven y explotan alas mujeres que mal ejercen y mal viven como pueden de vender su cuerpo, libremente transitaban noche tras noche.

No creo equivocarm si digo que todos, asociaciones, comerciantes, residentes y ciudadanos en general, nos felicitamos por dicha actuación y por la sobriedad con la que el alcalde de la ciudad, Jordi Hereu, manifestó la constante lucha de la ciudad de Barcelon contra la prostitución.

Y es que en momentos como los actuales, en los que algunos flirtean con la idea de legalizar la prostitución, como si de esta forma se legitimara una forma de vida y una profesión elegida libremente por las personas que la ejercen, fuera la panacea y la gran salvación de la mujer.

Erróneamente expresan una forma de evitar la degradación y la explotación sexual de personas, la mayoría mujeres, que, no hemos de olvidar, no han decidido voluntariamente optar por la prostitución como el que elige una carrera universitaria o la ropa que vestirán en la fiesta de graduación.

La prostitución es degradante y más aun la callejera. El entorno gris, lúgubre y triste de los rincones más oscuros de las grandes ciudades, muestran lo peor de las urbes y del ser humano; la violencia, la degradación, el sometimiento sexual, la inseguridad, la suciedad y la falta de recursos sanitarios entre las personas que ejercen el sexo de pago.

Gracias a los que hacen posible que, al menos de forma momentánea, desaparezcan postales tan aberrantes como las de la Boqueria de noche.